Esta lectura me hace tener muchos sentimientos encontrados. Me hace dudar momentáneamente de la pertinencia de los dibujos técnicos de un diseño. Me parece muy “random” que con un solo dibujo puedes demostrar todas las posibilidades de diseño. No relaciono una cosa con la otra de manera tan directa ya que los dibujos técnicos son algo formal y no hablan de posibilidades de diseño, sino que profundizan en cuanto a un diseño en cuestión de contenido, desplazamiento o función. Dentro de todo esto estoy de acuerdo con un punto en específico de esta lectura. Dicho punto es lo atrevido y lo eficiente. He visto muchas propuestas de diseño y son alucinantes por su atrevimiento estético, pero no encuentro que sean tan eficientes, no me causan esa intriga de querer saber más porque me parecen excelente arquitectura (es evidente que cada cual posee sus parámetros y en base a ello evalúa o selecciona).
Algo muy importante en lo que se descuidan los arquitectos es que, en ocasiones se concentran en la fachada y descuidan el interior y resulta ser decepcionante que ves la fachada del edificio, te “enamoras” imaginas que el interior debe ser igual de asombroso que su fachada, pero al entrar es una mala impresión que el edificio no tiene el mismo potencial, lo cual también puede suceder a la inversa. El edificio tiene una fachada no tan visualmente agradable, pero en el interior es delirante, lo que, con toda honestidad prefiero que ocurra, pues no te llevas una decepción, al contrario, te asombras al ver una caja no tan bonita y cuando la abres te sorprende con sus buenas cualidades (metafóricamente hablando). Pienso que son riesgos que no se deben tomar porque puedo tener esta manera de pensar, pero nada asegura que el resto coincida conmigo en mi opinión. Pienso que tanto el interior como el exterior deben ser igual de importantes porque con la fachada logras el ensamblaje que tiene el edificio con su alrededor, pero con el interior logras que el humano tenga una buena relación con el edificio y se sienta a gusto.
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